Con el objetivo de mantenerlas actualizadas de manera periódica, estas normas fundamentales se revisan para asegurar su alineación con las prácticas más recientes del sector, los avances tecnológicos y la evolución constante de los requisitos normativos.
Así, las organizaciones —tanto expertas como principiantes— pueden gestionar la transición con confianza y garantizar el cumplimiento de las normas vigentes.