Comprender su impacto
Todas las organizaciones, desde las start-ups hasta las más consolidadas, deben evaluar el impacto de sus actividades directas e indirectas sobre el cambio climático. A pesar de las presiones económicas, como la inflación y los efectos persistentes de la pandemia, las organizaciones tienen una oportunidad. Quienes den prioridad a medidas para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas, como las energías renovables, la captura de carbono, la eficiencia energética y la sostenibilidad, estarán en una posición ideal para tener éxito en un mundo cada vez más preocupado por el cambio climático.
En todo el mundo, los organismos gubernamentales como la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) y la Directiva Elaboración de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la Unión Europea, están estudiando y aplicando normas para que las empresas cotizadas divulguen los riesgos relacionados con el clima, incluidas las emisiones.
Un primer paso útil consiste en conocer los diferentes tipos de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) antes de intentar medirlas y reducirlas.
Actividad empresarial directa
Las emisiones de alcance 1 están relacionadas con acciones directas de la empresa. Esto incluye la quema de combustibles fósiles para las operaciones, el uso de gas natural para calefacción y de gasolina para transporte. También contempla las emisiones derivadas de gases de efecto invernadero presentes en los refrigerantes.
Energía adquirida
Las emisiones de alcance 2 provienen de la energía que una organización adquiere, como la electricidad. Aunque la organización no gestione directamente la fuente de energía, es posible reducir estas emisiones mediante la compra de energía limpia y renovable, así como mejorando la eficiencia energética en sus instalaciones.
Cadena de valor
Las emisiones de alcance 3 son un resultado indirecto de la actividad de una organización. Engloban todo el ciclo de vida de un producto o proceso y, con frecuencia, representan la mayor parte de las emisiones de una organización.
Existen 15 categorías dentro del alcance 3, que abarcan desde las materias primas y componentes adquiridos, el transporte, los residuos, los viajes de negocios, los activos arrendados, el uso de los productos de la organización por parte de sus clientes, hasta las emisiones derivadas de la eliminación o incineración de un producto.
Como se muestra en el gráfico a continuación, existen múltiples fuentes de estas emisiones asociadas a la cadena de valor en sentido amplio. Las organizaciones pueden no tener control directo sobre las emisiones de alcance 3, pero casi siempre pueden influir en su reducción.
Seguimiento de las emisiones
Establecer una práctica coherente de seguimiento del consumo de energía permite calcular de forma fiable las emisión de gases de efecto invernadero e identificar oportunidades de ahorro, localizando los centros, aparatos y procesos que más energía consumen dentro de la cadena de valor.
Las emisiones de alcance 3 son tan diversas que las oportunidades de reducción se extienden prácticamente a todos los departamentos, desde la gestión de instalaciones, pasando por las compras, hasta la logística y otros.
En esta entrevista grabada sobre cómo reducir el impacto del alcance 3 mediante la mejora de los proveedores, se tratan métodos para involucrar y formar a las partes interesadas y a los proveedores para desarrollar y ejecutar estrategias de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Compromiso con la reducción de emisiones
Implicar a las partes interesadas, tanto internas como externas, en las estrategias de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) permite a las organizaciones adoptar medidas prácticas para reducir su impacto medioambiental. Comprender y hacer un seguimiento del inventario de emisiones de GEI son pasos importantes para determinar qué estrategias de reducción pueden ser más eficaces a corto plazo y cuáles tienen más valor como inversiones a largo plazo. BSI también puede ofrecer apoyo mediante la elaboración de planes personalizados de gestión de la reducción de carbono que respondan a las expectativas de las partes interesadas y se ajusten a los Objetivos Basados en la Ciencia (SBT, por sus siglas en inglés) y las ambiciones de cero emisiones netas.
El cumplimiento de normas como la ISO Net Zero, junto con el compromiso de reducir las emisiones, ayudará a las empresas a avanzar hacia un futuro más sostenible y responsable. Estas directrices, basadas en el contexto medioambiental actual y en las principales normas e iniciativas de cero emisiones netas, reúnen en un solo marco las buenas prácticas. De este modo, países, industrias, gobiernos y organizaciones de cualquier tamaño y jurisdicción pueden aunar esfuerzos en torno a objetivos comunes y diseñar su propio camino hacia la descarbonización.
El cumplimiento de normas como las Directrices de Cero Emisiones Netas ISO, junto con el compromiso de reducir las emisiones, ayudará a las empresas a avanzar hacia un futuro más sostenible y responsable