La reciente encuesta de BSI "Confianza en la IA", que se realizó a más de 10.000 personas adultas de nueve países (incluidos Australia, China, el Reino Unido y Estados Unidos), arroja luz sobre las actitudes actuales hacia la inteligencia artificial (IA).
La IA ya no es un concepto de ciencia ficción. Se está convirtiendo en una realidad cotidiana con el potencial de transformar nuestro mundo y de actuar como una fuerza positiva para toda la sociedad. Sin embargo, para que realmente prospere, necesita la confianza del público.
La encuesta de BSI analiza las oportunidades que nos ofrece la IA para crear un futuro mejor y avanzar hacia un mundo sostenible. Veamos algunas conclusiones de la encuesta:
¿Cómo le gustaría que la IA moldeara nuestro futuro de aquí a 2030?
El 79 % de las personas encuestadas cree que la IA contribuirá a reducir las emisiones de carbono; no obstante, se mantiene cierto escepticismo.
La IA está destinada a convertirse en una herramienta integral para que las empresas determinen eficazmente la huella de carbono de los productos, ya que permite medir y analizar rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, es necesario convencer al público de que esta tecnología es realmente eficaz para poder aprovechar sus beneficios medioambientales.
La encuesta de BSI pidió a los participantes que evaluasen el nivel de confianza necesario para utilizar la IA en distintos sectores clave. Los resultados revelaron que el 74 % de las personas encuetadas indicó que “se necesitaba confianza” para la IA en el diagnóstico y el tratamiento médicos, y el 75 % expresó lo mismo para la IA en la fabricación de alimentos, que incluye tareas como el pedido y la categorización de alimentos en función de las fechas de caducidad.
Esta tendencia se repitió en todos los sectores: entre el 72 % y el 79 % de las personas encuestadas consideraron que se requiere confianza para que la IA pueda utilizarse de forma eficaz en ámbitos que van desde la ciberseguridad hasta la construcción y las operaciones financieras.
El 38 % afirma que actualmente utiliza algún tipo de IA a diario en su trabajo.
Algunos países están más avanzados en el uso cotidiano de esta tecnología: China (70 %) e India (64 %) lideran el uso diario de la IA en el trabajo, mientras que Australia (23 %) y el Reino Unido (29 %) presentan los índices más bajos. En Estados Unidos, el 37 % afirma utilizar la IA en el trabajo, el 46 % no y el 17 % no lo sabe. Entre quienes actualmente no utilizan la IA en el trabajo a nivel mundial, casi la mitad no sabe si su empresa la implementará para 2030.
Existe incertidumbre respecto al uso de la IA en las organizaciones, especialmente en lo referente a las políticas de ciberseguridad y riesgo digital. Para algunas organizaciones, la IA puede ser relativamente nueva, por lo que han decidido prohibir el uso de estas herramientas en sus sistemas para mitigar las amenazas percibidas. En algunos casos, los empleados han encontrado la forma de eludir estos controles y utilizan ordenadores domésticos para trabajar.
Ofrecer formación que ayude a comprender cómo puede utilizarse la IA en el entorno laboral resulta fundamental, aunque los datos indican que no es una práctica común actualmente. Afortunadamente, el 55 % de las personas encuestadas opina que es necesario formar a los jóvenes para que sepan desenvolverse en un mundo impulsado por la IA.
El 61 % considera necesario establecer directrices internacionales que garanticen un uso seguro de la IA.
Contar con normas claras y responsables es esencial para seguir fomentando la confianza y el conocimiento de esta tecnología. En este sentido, las normas internacionales —como la próxima norma de gobernanza de la IA (ISO 42001)— y la regulación son fundamentales para avanzar en esta dirección.
Los Gobiernos y los organismos reguladores también están empezando a abordar este tema. Por ejemplo, el presidente Biden emitió recientemente la Orden Ejecutiva sobre el Desarrollo y Uso Seguro y Confiable de la Inteligencia Artificial, en la que se describe el enfoque del gobierno de los Estados Unidos para ''regular el desarrollo y el uso de la IA de manera segura y responsable''.
Del mismo modo, la Ley de Inteligencia Artificial de la UE tiene como objetivo proporcionar un “marco jurídico sólido que refuerce significativamente la regulación del desarrollo y uso de esta tecnología”. Otros países también han seguido esta línea, como se demostró en la Cumbre sobre Seguridad de la IA 2023.
La falta de comprensión y la confianza inestable en la IA constituyen un obstáculo importante, ya que pueden limitar su adopción y los beneficios que ofrece. Para generar confianza en esta tecnología, las organizaciones pueden implementar medidas de protección que garanticen su uso ético. (Véase Consideraciones éticas de la IA en la atención sanitaria de Shusma Balaji, Data Scientist, BSI).
Hemos visto los escollos de revoluciones tecnológicas anteriores que pasaron por alto la confianza del público, como el auge de las puntocom y el surgimiento de las redes sociales. Ahora que se avecina la era de la inteligencia artificial (IA), es esencial dotar a las personas de las herramientas y los conocimientos adecuados para aprovechar su potencial y evitar los errores del pasado.
Este artículo fue publicado originalmente por Forbes con el título: Cómo generar confianza en la IA: perspectivas clave del informe “Confianza en la IA” de BSI (How To Unlock Trust In AI: Key Insights From BSI's 'Trust In AI' Poll) el 15 de diciembre de 2023. Participe en la presentación de Mark Brown y sus colaboradores de Digital Trust en SASIG: El Futuro de la IA:. ¿amiga o enemiga? el 13 de febrero de 2024.