Desde 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha definido claramente y aceptado ampliamente los derechos. En 2011, se dio un gran paso con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, que establecen normas globales para prevenir los abusos empresariales.
Con estos principios como guía, las organizaciones tienen la responsabilidad de desenvolverse en un panorama complejo, en el que sus acciones se cruzan con los derechos humanos. Estas normas representan una obligación ética y ayudan a alinear las prácticas empresariales con los derechos fundamentales.
Este artículo ofrece una guía para las organizaciones que desean avanzar y desarrollar una política de derechos humanos robusta, con cuatro pasos clave que pueden impulsar una transformación significativa.
En el complejo contexto de la ética empresarial y el bienestar social, los derechos humanos constituyen un pilar fundamental de la responsabilidad social y de las iniciativas para ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).
Derechos laborales para una responsabilidad ética
Al analizar los derechos laborales, se revelan problemáticas persistentes como el trabajo forzado y el trabajo infantil, muchas veces encubiertas mediante prácticas de explotación. El trabajo forzado resta autonomía mediante tácticas como el control de pasaportes, mientras que el trabajo infantil perjudica el bienestar y la educación de los jóvenes. Esta vulnerabilidad priva a los niños de oportunidades de desarrollo, afectando a generaciones futuras en todo el mundo.
Para abordar estas cuestiones, las organizaciones pueden seguir una trayectoria transformadora mediante políticas éticas. Independientemente de su intención, aquellas que comprenden la necesidad de una responsabilidad ética garantizan un futuro digno.
Estos con 4 pasos concretos para elaborar una política sólida de derechos humanos:
1. Liderazgo: reflexione sobre sus valores y utilice los Principios Rectores de la ONU para definir sus responsabilidades. Lograr la participación de empleados, representantes de los trabajadores, accionistas y otros mediante talleres y encuestas que integren diferentes perspectivas.
2. Partes interesadas: logre la participación de los empleados, representantes de los trabajadores, accionistas y otros mediante talleres y encuestas que integren diferentes perspectivas.
3. Elaboración de políticas: perfeccione de forma continua la política con aportaciones de los grupos de interés. Defina formalmente las expectativas y alinee los procedimientos operativos.
4. Comunicación: fomente la sensibilización mediante manuales, formación, contratos y la página web de la organización. Una política robusta facilita afrontar cambios normativos y futuros desafíos.
A través de estos pasos, las organizaciones pueden integrar los derechos humanos en sus estrategias, fomentando una cultura de responsabilidad y éxito sostenible.
Analizar textos clave como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los Convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) también puede aportar información valiosa. Estos marcos establecen derechos fundamentales como la vida, la libertad de expresión y las necesidades básicas, destacando la urgencia de erradicar el trabajo infantil, el trabajo forzado y las prácticas discriminatorias.
Promoción de los derechos laborales
Adoptando normas que promueven los derechos laborales, las organizaciones pueden liderar el camino hacia un futuro más justo y de apoyo. Las normas proporcionan un trayectoria clara para afrontar retos como el trabajo forzoso y el trabajo infantil, protegiendo a las personas más vulnerables.
Además, estas normas establecen un marco para prácticas responsables, orientando a las organizaciones a respetar la dignidad humana y los valores éticos. Al adoptar estas normas, las organizaciones no solo protegen frente a la explotación, sino que también cultivan una cultura de responsabilidad.
Cada paso dado es un avance hacia un mundo en el que se respetan y garantizan los derechos de todas las personas, asegurando una sociedad que valora y protege el bienestar colectivo.