Cuando una organización hace creer que está haciendo más por proteger el medio ambiente de lo que realmente es cierto, se denomina greenwashing. Y, en el sector de alimentos y bebidas, abunda el greenwashing.
Para algunas organizaciones, el greenwashing puede estar relacionado con afirmaciones exageradas o no fundamentadas sobre las credenciales ecológicas de sus productos. Para otras, el packaging puede etiquetarse como "compostable", "biodegradable" o "de origen ético" sin contar con evidencia que lo respalde. Otro ejemplo podría ser anunciar objetivos para reducir emisiones sin disponer de un plan concreto para llevarlos a cabo.
resulten más atractivos para los consumidores concienciados y también pueden estar intentando tomar medidas, pero esta falta de transparencia y honestidad en sus credenciales ecológicas está provocando demandas, sanciones y reacciones negativas por parte de los consumidores.. En última instancia, esto podría tener un impacto negativo en el cambio climático, en lugar del impacto positivo que el mundo necesita.
La magnitud del greenwashing en el sector
Según una amplia encuesta sobre greenwashing en el sector de alimentos y bebidas, realizada por Changing Markets, más del 80 % de las 53 afirmaciones encontradas durante la investigación estaban relacionadas con el clima. Más de la mitad de ellas se basaban explícitamente en la compensación de emisiones, mientras que el resto se centraba en la reducción de emisiones en pequeñas partes selectas de su cadena de suministro, como el transporte.
Para abordar el greenwashing en la industria y hacer que la transparencia sea la norma, las organizaciones pueden centrarse en reducir, en lugar de compensar, las emisiones en su origen. La encuesta de Changing Markets cita a Provamel —una empresa de productos vegetales y orgánicos que vende leches y yogures no lácteos— como un gran ejemplo de una declaración de sostenibilidad empresarial mejor que la mayoría.
Perspectivas de futuro
Las empresas que afirman tener una gestión ambiental responsable se enfrentan a un mayor escrutinio. Un ejemplo de este creciente escrutinio es la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (UK Competition and Markets Authority), que ya ha iniciado una investigación sobre el etiquetado de productos alimentarios.
A medida que las autoridades reguladoras mundiales actúan contra el greenwashing, las organizaciones que dispongan de la evidencia que respalde las afirmaciones que hacen estarán mejor posicionadas para mantenerse a la vanguardia, conservar la confianza del consumidor y causar un impacto positivo en el clima.
Tres formas de sustituir el greenwashing por una transparencia genuina
Para promover la transparencia y evitar el greenwashing, su organización puede centrarse en varios aspectos:
1. Colaboración entre equipos
Cuando los responsables de calidad y seguridad alimentaria colaboran estrechamente con los equipos de marketing y relaciones públicas, resulta más sencillo detectar cualquier afirmación realizada en etiquetas o packaging y asegurarse de que existe evidencia que la respalde. Lenguajes vagos como "eco-friendly", "sostenible" o "natural" puede resultar engañoso para los consumidores si se presenta sin evidencia clara y transparente.
Las empresas que fundamentan sus afirmaciones ecológicas con los mismos procesos que utilizan para la seguridad alimentaria adoptan un enfoque inteligente.
2. Normas fiables
Desde la gestión del riesgo ambiental hasta la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en toda la cadena de suministro, BSI ofrece una gran variedad de certificaciones y normas. Estas proporcionan una verificación independiente y evidencia objetiva de que las afirmaciones son precisas.
Al asociarse con un tercero de confianza, las organizaciones tendrán acceso a estudios científicos y evaluaciones del ciclo de vida, que ofrecen la evidencia y los datos necesarios para una verdadera transparencia.
3. Mostrar el detalle
Al crear una estrategia en torno al impacto medioambiental o los objetivos de cero emisiones netas para 2030 o 2050, las organizaciones que demuestran transparencia con información detallada sobre cómo se ejecutarán esos planes, quién fabrica su producto, bajo qué condiciones y empleando qué normas, estarán bien posicionadas para evitar el riesgo de greenwashing.
Todas las organizaciones tienen la responsabilidad de acelerar el progreso hacia un mundo sostenible y tener un impacto positivo en la sociedad.
Con integridad, colaboración, las normas adecuadas y pruebas que respalden la acción, existe la oportunidad de hacer que el greenwashing sea cosa del pasado.