La innovación digital está impulsando un cambio transformador en nuestra sociedad, reconfigurando la manera en que interactuamos entre nosotros y modificando la naturaleza de nuestras relaciones con distintas organizaciones.
Esto resulta especialmente relevante para el sector sanitario. El mercado mundial de la atención sanitaria digital ha experimentado un crecimiento notable, alcanzando una valoración de 211.000 millones de USD en 2022, y se prevé que mantenga una sólida tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR, por sus siglas en inglés) del 18,6 % hasta 2030. No obstante, este rápido avance también plantea ciertas inquietudes.
El crecimiento de las tecnologías aplicadas a la atención sanitaria digital
Gracias a los nuevos ecosistemas tecnológicos, las organizaciones pueden gestionar y mejorar la atención al paciente tanto dentro como fuera del entorno clínico.
El crecimiento de la telesalud y del Internet de las cosas médicas (IoMT, por sus siglas en inglés) para la monitorización remota, además de un aumento de las aplicaciones de bienestar y de los dispositivos wearables ha dado a los consumidores la oportunidad de experimentar nuevos niveles de comodidad en la atención sanitaria personal.
Sin embargo, este cambio estructural hacia un entorno y una cultura que incluya la salud digital depende de la confianza de todas las partes interesadas, especialmente de los pacientes, si se desea seguir mejorando el marco de la atención sanitaria en su conjunto.
La seguridad y la privacidad de los datos deben ir de la mano de la innovación
La adopción de nuevas tecnologías en el ecosistema de salud digital refuerza el papel de la confianza en el tratamiento de la información sanitaria del paciente (PHI, por sus siglas en inglés).
Cada vez más organizaciones sanitarias, tanto públicas como privadas, están migrando de sistemas informáticos obsoletos al cómputo en la nube, lo que hace imperativo mantener la seguridad y la privacidad para anonimizar la PHI.
Los sistemas de seguridad robustos pueden garantizar que estas organizaciones, independientemente de su tamaño, ubicación o modelo de servicios, logren proteger los datos de los consumidores. De hecho, el coste medio global de una violación de datos en 2023 fue de 4,45 millones (USD), lo que subraya la importancia crítica de unas medidas de seguridad rigurosas.
Sin embargo, hasta la fecha, este sigue siendo un reto aún no resuelto. Ya en 2012, la Oficina del Comisario de Información (ICO, por sus siglas en inglés) del Reino Unido impuso la primera sanción por brechas de seguridad en datos a un NHS Trust. Sin embargo, desde entonces se han producido múltiples incidentes similares.
En 2021, la ICO informó de un total de 3.557 brechas de seguridad en datos personales en el sector sanitario, la mayoría en el NHS, durante un período de dos años hasta el 31 de marzo de ese año.
Más recientemente, una investigación del Observer reveló que una herramienta de rastreo encubierta en los sitios web de 20 NHS Trusts había estado recopilando información de navegación personal, que luego se compartía con la empresa tecnológica Meta. Estos registros, en algunos casos, podrían revelar datos médicos personales si se vinculan a una persona concreta a través de su dirección de protocolo de Internet (IP, por sus siglas en inglés).
Más allá de la seguridad de los datos
La expansión de la conectividad del IoMT, la cual se vio acelerada por la pandemia de COVID-19, representa una oportunidad, pero también plantea retos potenciales que es necesario abordar. Una de las principales preocupaciones para el sector sanitario es la vulnerabilidad de los dispositivos interconectados frente a amenazas externas. El sector altamente regulado ha visto un considerable aumento en los costes relacionados con las brechas de seguridad en datos desde 2020, registrando los incidentes más costosos con un coste medio de 10,93 millones de USD.
Los productos médicos conectados son vulnerables a amenazas de ciberseguridad y, dado el papel que desempeñan, las consecuencias potenciales pueden ser graves. Se estima que más del 50 % de estos productos podrían contener vulnerabilidades críticas.
Cómo reforzar la confianza digital en su organización
La integración de los datos de salud permite un análisis más rápido y avanzado, así como una monitorización continua y ampliada, facilitando la recomendación de tratamientos y profesionales adecuados, lo que en última instancia mejora los resultados para los pacientes.
Mantener la confianza en un ecosistema digital contribuye a proteger estos beneficios potenciales.
Entonces, ¿cómo pueden su organización y sus profesionales adoptar estrategias y políticas de seguridad bien desarrolladas para reducir los riesgos cibernéticos?
Existen varias medidas que los proveedores de atención sanitaria pueden implantar para mitigar el riesgo de un ciberataque, entre ellas:
• Velar por la seguridad física y el cifrado de los dispositivos utilizados para almacenar o tratar datos sensibles de los pacientes.
• Ofrecer formación al personal para que sepa reconocer un ataque.
• Mantener un sistema robusto de control de acceso en los dispositivos, de modo que, si se pierden o son robados, la información no pueda verse comprometida.
• Verificar continuamente la seguridad de los sistemas que acceden a la información, mediante contraseñas robustas actualizadas con frecuencia y autenticación en dos pasos.
• Implantar y mantener un Sistema de Gestión de la Calidad (SGC) que incluya la seguridad de la información, incluidos los requisitos específicos de la PHI.
Reforzar la confianza digital y la garantía de calidad en su organización
La garantía de calidad en el ámbito sanitario es tan importante en el entorno digital como en el físico. El crecimiento de los ecosistemas digitales de atención sanitaria representa una oportunidad para aumentar la eficacia de la atención personalizada al paciente. Si la confianza de los usuarios y las partes interesadas en los sistemas digitales y dispositivos conectados se sitúa al mismo nivel que la innovación sanitaria, se podrán aprovechar plenamente sus beneficios.
Nuestro objetivo es facilitar el acceso al mercado mediante el respaldo a su organización y al ecosistema, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de pacientes y consumidores.