Crear una sociedad ética e inclusiva con la IA
Cada día, los avances tecnológicos nos acercan a una sociedad más inteligente y sostenible. Gracias al rápido progreso de la transformación digital, tenemos la capacidad de abordar algunos de los retos más importantes del mundo. En primera línea de este proceso transformador se encuentra la Inteligencia Artificial (IA).
La ética en la IA genera opiniones encontradas
La IA no es un concepto lejano, sino una realidad integrada de forma natural en diversos aspectos de nuestra vida. Aunque los primeros chatbots de IA tuvieron imprecisiones, innovaciones como ChatGPT han conseguido una amplia aceptación. En apenas dos meses tras su lanzamiento, más de 100 millones de personas ya la usaban con regularidad.
Como cualquier tecnología emergente, la IA genera opiniones diversas. Mientras algunos la reciben con entusiasmo, otros albergan preocupaciones y escepticismo. Expertos líderes, académicos y científicos especializados en IA reclaman un enfoque cauteloso en su desarrollo hasta comprender y abordar plenamente sus riesgos. ¿Cómo pueden las organizaciones aprovechar la ética en la IA para moldear la sociedad deseada y fomentar la confianza en la IA como herramienta fiable?
Generar confianza es clave para el éxito de la IA
Los consumidores consideran ahora las políticas de IA de una empresa un factor crucial en su proceso de toma de decisiones. Esto pone de manifiesto el papel fundamental que tiene la confianza digital a la hora de adoptar avances significativos como la IA.
Sin una consideración ética rigurosa, los sesgos humanos pueden filtrarse en los resultados de la IA. Nuestros sesgos inherentes, conscientes o no, pueden influir en la interpretación de los datos, perpetuando prejuicios existentes en lugar de mitigarlos.
Garantizar la inclusión de la IA
Desde la perspectiva organizativa, cuando las personas se reúnen en un entorno que acoge la diversidad, esos distintos orígenes y perspectivas pueden ser el motor de la innovación y la creatividad. El mismo enfoque es válido cuando hablamos de la ética en la IA.
Si esta nueva tecnología se explora y desarrolla cuidadosamente, con consideración y uso ético, tendremos la oportunidad de obtener beneficios positivos. Existen numerosos casos de éxito en salud, educación y clima donde la IA ha empezado a marcar una gran diferencia, y destacar estos ejemplos puede ayudar a contrarrestar las preocupaciones.
Generar confianza a través de las normas
La mejor manera en que las organizaciones pueden servir a la sociedad es revisar cada proceso tecnológico para garantizar su inclusividad. En lugar de alejarnos o rechazar por completo la IA, tenemos la oportunidad de resolver algunos de los problemas existentes, pero es necesario partir de una base de confianza.
En el AI Standards Hub, una iniciativa del Reino Unido dedicada a la mejora de las normas para la IA, ejercemos un papel fundamental. La base de datos del centro sobre normas relacionadas con la IA es un excelente punto de partida para explorar las normas pertinentes para una amplia gama de aplicaciones de esta tecnología.
Con la diligencia debida, podemos confiar en que la IA puede ser una fuerza positiva para la sociedad. Gracias a una buena gestión, la tecnología se convierte en nuestro facilitador, la mejor herramienta para crear la sociedad en la que todos queremos vivir.