La industria manufacturera se enfrenta a una creciente complejidad regulatoria y operativa, que puede convertirse en una oportunidad para mejorar la calidad y la colaboración. Este contexto permite avanzar hacia operaciones más integradas, eficientes y orientadas a la satisfacción del cliente.
El sector ha tenido que afrontar retos de gran envergadura que han puesto a prueba la fortaleza y la continuidad de las empresas. Las dificultades con la logística, el abastecimiento y la distribución han mostrado debilidades en el funcionamiento de las cadenas de suministro.
Y aunque el proceso de avance continúa, muchas áreas de la industria aún se encuentran en plena recuperación.