La confianza de los proveedores de trabajo y de los conductores, junto con el rigor del esquema, se traduce en importantes beneficios comerciales para los titulares de licencias de Kitemark.
Una vez más, creemos que las pruebas hablan por sí mismas. En una encuesta realizada en 2015 a clientes con licencia para usar la certificación Kitemark para la reparación de daños en vehículos:
El 92% dijo que los inspectores de BSI eran expertos en sus campos y ofrecían un excelente servicio
El 72% vio mejoras en la calidad de sus reparaciones
El 95% dijo que su personal estaba mejor entrenado como resultado del esquema Kitemark
El 63% vio un aumento en la eficiencia de sus procesos
El 80% vio reducido el riesgo operacional
Hay otros efectos secundarios, por supuesto: cuanto mejor sea la calidad de las reparaciones, menor será el riesgo de tener que volver a realizarlas, y cuanto menor sea el riesgo de tener que volver a realizarlas, menores serán los costes para la empresa.
Es importante destacar que la certificación Kitemark no es sólo una herramienta de promoción y marketing: es una herramienta para la mejora continua y la mitigación de riesgos. Debido a que "inspeccionamos" los sistemas de gestión, así como las reparaciones, ayudamos a asegurar que existe la "infraestructura interna" para que una empresa siga funcionando bien y ofreciendo un excelente servicio a lo largo del tiempo.
La concesión de la certificación Kitemark inicia una reacción en cadena que beneficia a todos, desde la empresa que fabrica el vehículo, pasando por la empresa que lo asegura, hasta el taller de reparación y la persona que lo conduce, su familia y sus pasajeros.
La mejor noticia es que los recientes cambios en el esquema, efectivos desde el 1 de agosto de 2017, han consolidado los beneficios.