La mayoría de las normas pueden clasificarse en categorías dependiendo de la función que deban realizar. La categoría más habitual es la de Especificación, que consiste en una norma muy precisa que establece requisitos imprescindibles detallados. Se suele utilizar para especificar la seguridad de productos o para otras aplicaciones en las que se requiera un alto nivel de certeza y seguridad por parte de su comunidad de usuarios.
Códigos de prácticas: recomiendan las prácticas adecuadas adoptadas actualmente por especialistas competentes y estrictos. Se redactan de forma que incorporen una cierta flexibilidad en su aplicación, al mismo tiempo que ofrecen índices de referencia indicativos fiables. Por lo general, se utilizan en el sector de la construcción y de la ingeniería civil.
Métodos: también tienen un carácter muy normativo, estableciendo un modo acordado de medir, comprobar o especificar aquellos aspectos que puedan repetirse de forma fiable en diferentes circunstancias y lugares, independientemente de donde haya que aplicarse.
Un Vocabulario es un conjunto de términos y definiciones que ayudan a armonizar el uso del lenguaje sobre un tema o disciplina concretos.
Guías: se publican para ofrecer recomendaciones menos preceptivas que reflejen el pensamiento y las prácticas actuales entre los expertos de un campo concreto.
Pueden utilizarse otras categorías de normas si fuera necesario.