Las organizaciones de todos los tamaños utilizan normas para competir más eficazmente, desde las pequeñas empresas hasta las multinacionales y los gobiernos. Para las empresas que operan a nivel mundial, la aplicación de normas internacionales es una de las mejores maneras de demostrar la calidad, la compatibilidad y la coherencia, y ayuda a crear un lenguaje común sobre el que comerciar. La utilización de normas beneficia a las organizaciones gubernamentales de muchas maneras, desde la racionalización de sus propios procesos hasta la ayuda en la elaboración de enfoques alternativos a la reglamentación.
Tanto si desea supervisar y mejorar la calidad del producto, reforzar la seguridad de su sistema informático, implentar un sistema de gestión de reclamaciones, examinar a posibles empleados o dar a los clientes una tranquilidad adicional, el uso de estándares puede ser de gran ayuda.